Scholes y la solidaridad
En el Barça, más de lo mismo. Posesión sin verticalidad. Sólo cuando tenía la pelota Messi parecía que podía suceder alguna cosa. Se fue la combinación electrizante, el balón circulando a alta velocidad, la movilidad constante para crear el caos. Sorprendió que, teniendo que sacrificar a un centrocampista y siendo necesaria la presencia de Touré para frenar contragolpes, Rijkaard retirara a Iniesta. Sorprendió porque Andrés es de los pocos que siguen resultando dañinos en el equipo, de los pocos ahora mismo capaces de dar una asistencia de gol. Y sorprendió porque siguió en el campo Xavi, el más horizontal de los interiores, cuando el juego requería más riesgo en la entrega.
¿Quién brilló en el United? Desequilibró Scholes con su golazo, pero estuvieron soberbios en las ayudas, en el esfuerzo y en el sacrificio él y todos los demás. Todos, quizá, menos Cristiano Ronaldo, al que seguro que sus críticos señalarán ahora para apuntar que sigue sin responder en los grandes partidos. Estando muy discreto, el portugués tuvo su importancia en el resultado final. De él se suele decir que absorve demasiado juego, y se dice como un reproche. Esta vez absorbió a tantos rivales en la acción del gol que no quedaron jugadores para tapar la segunda línea. Cuando Zambrotta se equivocó en la entrega y Scholes controló, se encontró un mundo por delante. Tres contrarios con Ronaldo, nadie en la zona central de tres cuartos.
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