Deadline's day
Hay palabras que en una lengua determinada son perfectas para definir ciertos conceptos y que cuando se traducen pierden una pizca de significado. Es lo que ocurre -o eso me parece a mi- con el término inglés "deadline", que viene a querer decir algo así como ultimátum, pero que tiene tintes muy dramáticos, ya que cogiéndolo literalmente sería "línea de la muerte". Esta palabra es la que utilizan en Inglaterra para referirse al cierre del mercado de fichajes. Hoy es el "deadline's day", el último día. Y haciendo justicia a un mote tan peliculero, lo cierto es que nos hemos levantado con movimientos en el mercado ciertamente espectaculares.
Vamos allá: el Tottenham, que parece ser que no le pone límites a su ambición, es el motor de un juego de fichas en el que están varios equipos implicados. Se lleva a Jermain Jenas por 12 millones de euros, con lo que el Newcastle empieza a recuperar la fortuna que se ha gastado en una semana. También firma al lateral zurdo del PSV Lee Young-Pyo por 2 millones -baratito me parece-, con lo que deja marchar al sueco Erik Edman al Rennes francés. Pero el equipo de White Hart Lane no tiene bastante con esto: incrementa su oferta por el máximo goleador de la pasada Serie A, Cristiano Lucarelli, a 5 millones de euros. Si el Livorno la acepta, Robbie Keane se iría al Everton, equipo que también pujó por Michael Owen, ya presentado en Newcastle. Y así se cierra un círculo frenético que, como la Cienicienta, sabe que todas sus opciones se acaban con la medianoche.
En España pasa más o menos lo mismo, aunque el "deadline" famoso es una hora más tarde: cosa de meridianos. Como suele ser habitual, uno de los grandes de nuestro fútbol es el que se lleva toda la atención mediática. Sergio Ramos puede convertirse en el nuevo Rio Ferdinand español -o sea, en el central que rompa récords en cifras de traspaso-. ¿He dicho central? Bueno, en el defensa, porque esto es lo bueno que tiene el sevillista, una enorme polivalencia, unas condiciones extraordinarias que le permiten rendir de maravilla en cualquier posición de la última línea. Sé que la pregunta a estas horas es: ¿vale tanto dinero? Creo que más bien es una cuestión de necesidades y de disponibilidad de capital. Si el Madrid le necesita mucho, que parece que sí, y tiene el dinero que le piden, que después de lo de Owen, también... pues el jugador lo vale. A esta hora no sabemos todavía si la operación se va a cerrar, pero todo hace pensar que sí: después de las declaraciones de Sergio, sería muy incómodo que siguiese en Sevilla. Para él, para el club y para la afición. Aunque el gran problema es que el Sevilla se quedaría sin tiempo material para buscarle un sustituto. Por ahí es por donde creo que le van a caer más críticas al jugador: si quería irse al Madrid -lícito y comprensible-, que hubiese presionado antes. Por el bien del club al que ama y para hacerle más llevadera su marcha.
Pero no sólo de grandes vive el fútbol. Me consta que hay varios equipos españoles trabajando contrarreloj para cerrar sus plantillas. La Real Sociedad tiene atado a Tiago Quirino, pero hay problemas con la justicia brasileña sobre su carta de libertad. El Mallorca acaba de cerrar la llegada del buen pelotero italiano Cristiano Doni y le quedan unas horas para fichar a otro delantero que se parezca más al nueve que pedía Cúper. Suenan los noruegos Flo e Iversen, ambos viejos rockeros que habían vuelto a su país para jugar en el Valerenga. Y el Rácing, que lleva varios días tras un central y un delantero, sigue soñando con Kléber, aunque sin descartar otras opciones. ¡Qué dura es la lucha contra el "deadline"!